En otros artículos ya publicados en nuestro blog hemos hablado de la importancia del ritmo, sobre como este influye de manera muy positiva en la salud de los niños, cómo les da seguridad y confianza en ellos mismos y también el entorno que les rodea. Los niños se entregan a “un mundo bueno, bello y verdadero” (Rudolf Steiner relaciona el primer septenio con lo bueno, el segundo con lo bello y el tercero con lo verdadero).
La pedagogía Waldorf tiene una mirada amplía del niño, la visión de su ser es completa, en lo físico, en lo anímico y en su pensar. Nutrir estas tres esferas, su alma y espíritu es la labor de todos los maestros y familias de las escuelas Waldorf. Ofrecerles un saludable rirtmo, movimiento y juego al aire libre, contacto con la naturaleza, experiencias en sus sentidos, buenos hábitos, rica alimentación son algunos de los ejemplos que debemos seguir para que el niño se fortalezca en todo su ser. Hoy haremos hincapié en la alimentación de el jardín de infancia ya que los primeros siete años de vida son fundamentales para el posterior desarrollo evolutivo de los niños.
Los 7 cereales
La base de la alimentación en el jardín de infancia son los cereales, cada escuela los disfruta de diferentes formas ya que se tienen en cuenta las necesidades del aula y la practicidad a la hora de usarlos, pero siempre se intenta ser fiel al ritmo de cada día.
Desde la antigüedad el hombre ha cultivado las semillas en armonía con el lugar donde vivía. Los siete cereales que se sembraban eran en correspondencia con los siete planetas, esto les acercaba a una armonización personal y a día de hoy esto sigue sucediendo.
- Lunes: arroz crece en el agua, tiene una relación directa con la Luna y las fuerzas constructivas de la vida, como lo es la Familia que posee una rica y profunda vida anímica. Su día es el Lunes, dándonos junto a la Luna el momento para la reflexión y el sentir.
- Martes: cebada tan antigua como el Trigo, era la escogida para los más despiertos y fuertes. La cebada tiene un doble efecto en su interior: Silicio y Azúcar, lo que impulsa la mente y los miembros por igual, al igual que Marte nos ofrece la manera de luchar hacia lo Verdadero, desde el Corazón.
- Miércoles: mijo es el cereal más pequeño y movedizo, tiene una capa indigestible para el Ser Humano (que le protege del exterior) y siempre ha de ser pelado para su consumo, aún así se le considerará integral. El Mijo es seco y caliente y con su alimentación nutrimos los procesos sensoriales y los órganos que sirven de intercambio con el entorno como la piel, el pelo, las uñas. Asociado a Mercurio como gran transformador que igual une e intercambia el Cielo con la Tierra.
- Jueves: centeno es un grano de figura vigorosa, en él se manifiesta la estabilidad, transmitiéndole al hombre un respaldo ante la vida y sus fuerzas formativas, por eso Júpiter con su Soberana Presencia crea para ese día una energía de respaldo hacia la comprensión desde la generosidad.
- Viernes: avena es un cereal muy bello que se mantiene verde por más tiempo que los demás, transmitiendo sus fuerzas vitales edificante, reconstituyentes y fortalecientes. Por eso Venus, la belleza, se relaciona con la avena. Hay diferentes opiniones sobre la Avena y su posición en la semana por la fuerza que ofrece al cuerpo, pero aquí consideraremos su Belleza como definitiva en esta relación.
- Sábado: maíz tiene su providencia marcada de los Indios, de los cuales percibimos su carácter fiel y Digno a todo lo que sucede, a todos los valores latentes en la Naturaleza y nos trae en él este matiz de seriedad, mismo matiz que Saturno nos da para contemplar en el Sábado todo lo que sucedió en la semana.
- Domingo: trigo. Es el día del sol, el día de la curación, durante el cual estamos llamados a mirarnos adentro en contemplación meditativa. Incluso si cualquier cereal es hijo del sol, el trigo lo es en particular, símbolo por excelencia del oro solar. Actúa sobre el organismo de manera equilibrada.
En el jardín de infancia preparamos un desayuno para cada día el cual repetimos cada semana en el mismo orden. Esto les da orientación temporal y espacial a los niños y es toda una experiencia prepararlo en el aula junto con su maestra o ayudante, para ellos es un ritual diario cortar la cebolla, pelar la zanahoria, cortar la fruta, amasar el pan, exprimir las naranjas, poner la mesa como poner mantel y cubiertos, cubiertos, servir el agua, quitar la mesa y fregar ayuda al niño en su autonomía y autoestisma ya que todo lo que hacen tiene una finalidad individual y común. Lo hacen para ellos y para todos su pequeña comunidad, sus compañeros.
Todo ese ritual de preparación de desayuno se hace mientras los niños se dedican a su importante trabajo que es el juego, no todos participan en la elaboración, se les ofrece o siemplemente vienen y forman parte de la actividad de la mañana.
Nuestro menú
Aunque no sigue fielmente el calendario semanal de los cereales, hemos introducido otros alimentos ya que damos prioridad a cubrir la dinámica y las necesidades del aula. Todos los alimentos que utilizamos son de procedencia ecológica. A este menú le sumamos una pieza de fruta que cada día los niños traen para compartir en el aula. También intentamos respetar el calendario anual de la agricultura para ir en armonía con la naturaleza.
¡Es el momento de compartir!
Para los niños no solo es nutritivo el alimento sino también la vivencia compartida del comer. Es un encuentro social-familiar y sensorial con el olfato, el gusto, la textura, el saborear, sentir si está frio o caliente, o está ácido o dulce…, en este sentido compartimos con vosotros algo que nos resulta muy interesante, ya que puede aportaros una información más sobre como la alimentación puede relacionarse con nosotros de diversas maneras.
Lo ácido (promueve la alegría)
Lo salado (promueve el sentimiento corporal)
Lo amargo (ordena las fuerzas vitales)
Lo dulce (me siento dentro de mi mismo)
Antes de sumergirnos en esta experiencia de sentidos, encendemos una vela que ilumine nuestros valientes corazones, y recitamos un verso en forma de agradecimiento a todos los alimentos presentes en nuestro plato.
Verso agradecimiento
Tierra, esto tu fruto nos dio.
Sol, esto tu luz maduró.
Sol y Tierra bien amados
Siempre seréis recordados
Que aproveche, que aproveche!
Ya podemos empezar
En este encuentro social los niños cuentan sus noticias, experiencias vividas que les gustan o no, ayudan los mayores a los más pequeños a comer, disfrutan de momentos de silencio, gestionan también momentos de frustaciones ya que todos los alimentos no son agradables para todos y les acompañamos y observamos todo su estado emocional en relación a su relación con los diferentes alimentos. Para las maestras es importante ponerles la cantidad correcta para ellos, les solemos preguntar si quieren de enanito o de gigante, para ellos esto es importante ya que se sienten escuchados y no obligados.
“El niño pequeño ama aquello que para él ha sido preparado con amorosa entrega”
Autora: Carmen Lorente Góngora, maestra de Infantil de la Escuela Internacional Waldorf Sevlla Girasol.