Si lo haces con tus manos, lo reciben con su corazón.

 

Lo primero que quiero es dar gracias a la escuela por confiar en mi trabajo y permitir que os hable un poco de él.

Quisiera que me conozcáis, me llamo Blanca y soy artesana y responsable de QueridoJuguete. Me gusta crear cosas bellas y transformar lo que cae en mis manos, darle una segunda vida a materiales inertes, para que a través del juego de los niños cobren vida.


Conocí la pedagogía Waldorf en Madrid, a través de una amiga, en aquel momento estaba buscando colegio para mi hija mayor que apenas había cumplido 1 año, me fascinaron los materiales que se usaban en las aulas de infantil. Por aquel tiempo también descubrí que la mayor parte de la educación de tus hijos tiene lugar en el hogar, así que empecé a hacerle los juguetes que vi en las aulas. Aquella experiencia me hizo entender la importancia de la energía que ponía al hacer el juguete; aquello con lo que iba a jugar mi pequeña tendría algo invisible que le acompañaría y le protegería, mi amor al hacer el muñeco.

Llegó el momento de volver a mi tierra natal Sevilla donde encontré para mi hija un grupo de juego Waldorf, el germen de lo que hoy es la escuela Waldorf Sevilla Girasol. Allí confiaron en la sabiduría de mis manos, me empezaron a encargar juguetes y me ofrecieron acompañar a otras madres y padres en la creación de material para las aulas. Cada jueves nos sentábamos alrededor de una gran mesa de madera en la planta alta de la casa, mientras nuestros hijos disfrutaban en la planta baja y el jardín de canciones, juegos y un mundo mágico, acompañados de un delicioso olor a pan (los jueves los niños hacían un rico pan para su desayuno).


A la vez que enseñaba a trabajar a otros padres, iba aprendiendo y profundizando en la pedagogía gracias a las enseñanzas de Rocío Martín, ahora directora del Centro de Estudios Waldorf de Sevilla Blanca Paloma, y dando contenido a la creación del juguete pues no eran juguetes hechos para jugar y ya está, los juguetes de las aulas Waldorf tienen un para qué. Finalmente terminé haciendo la formación completa, algo que me ha ayudado como madre y como artesana dándole fondo y sentido a mi trabajo.

Empecé el proyecto de QueridoJuguete a la vez que en mi interior crecía mi hija pequeña, de hecho la noche antes del parto terminé de tejer el calcetín que se convertiría en uno de los caballos de palo que hay en la clase de infantil de la maestra Carmen Lorente. QueridoJuguete es un espacio de creación de juguetes con materiales naturales, donde todo el mundo es bienvenido, la diversidad es lo que prima, solo hace falta voluntad para trabajar.

Y sí, por supuesto hago juguetes pero prefiero acompañar a los padres o familiares mientras los hacen. Quiero hacer hincapié en que cuando hago un muñeco voy haciendo un trabajo de consciencia plena, de estar presente, de imaginarme a la persona que lo va a recibir, pero aún así, la energía del amor incondicional que envuelve al juguete hecho por quien lo regala, es infinitamente más nutritiva para el alma del niño.

En este sentido, muestro un camino y ofrezco unas herramientas para dejar volar en libertad la creatividad de quien hace el juguete, sería como un punto de apoyo para sacar al artista que hay dentro de cada uno. Ten la certeza que dentro de ti hay un artista que está impaciente porque transformes la creencia de que no sabes coser, de que eres un paquete. Hace no muchos años no sabía tejer, sólo me defendía cosiendo y ver de lo que soy capaz hoy me hace tener la confianza suficiente para decir que cualquiera que tenga interés logrará hacer lo que se propone. Principalmente los juguetes que elaboro están enfocados para el primer septenio (primeros siete años de vida) ya que a partir del segundo septenio los niños son capaces de crear sus propios juguetes. Aunque por supuesto es delicioso hacer juguetes para tus hijos aunque hayan pasado a la etapa de Primaria. 

Los niños imitan y expresan a través del juego el mundo que les rodea, por lo tanto, necesitan que estos juguetes tengan una forma no definida, para que puedan encontrar con ellos multitud de posibilidades y consigan potenciar su imaginación. Por ejemplo, una pieza de madera puede ser desde un trozo de pizza hasta un móvil pasando por un plato. Si son materiales de la naturaleza, mejor que mejor, como piñas, conchas, palos de madera, bloques de madera… y si son hechos por el hombre, es preferible que la materia prima sea también natural, como por ejemplo los materiales con los que trabajo, lanas, algodón, seda, madera,… Es bueno que el niño conozca la tierra en la que va a vivir, los elementos que le acompañarán (agua, fuego, tierra y aire), que sienta el peso, el olor, la temperatura, el sonido de lo que le rodea, que haya diversidad en su conocer el mundo a través del juego.

Si aportamos a nuestros niños juguetes saludables y acordes a su edad les ayudaremos a ser hombres libres que se conocen y saben en su interior lo que necesitan, pasando por encima de la moda impuesta en el exterior. Juguetes como telas de diferentes materiales; muñecos hechos a mano, al menos respetuosos con la figura del ser humano; muñecos de teatrillo que también nos servirían para hacer mesas de estación; animales de granja tejidos o hechos con fieltro; carritos; pelotas hechas a mano de todo tipo de materiales y tejidos como punto, crochet, tela, fieltro; saquitos de arena o semillas; caballitos de palo; cocinita, balanza, cucharones de madera, cuencos, cestas con conchas o trozos de madera, plumas, cordones, piñas…

Como despedida y agradecimiento os dejo de regalo un vídeo y un cuento para que hagáis en casa el primer juguete para vuestros hijos: una Señora Gallina, con el que podréis escenificar la Gallina Roja.

¡Espero veros pronto!

Blanca Berdejo

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